miércoles, 29 de noviembre de 2017

Paris je t' aime




Irte unos días de vacaciones a una capital europea siempre es una gozada básicamente porque sabes que te vas a dedicar a pasear, ver museos, catedrales y sobre todo absorber cultura. Además de tener una mayor variedad gastronómica a tus disposición.

Es el caso de París, aunque ya lo había visitado hacía unos 4 años realmente me apetecía volverlo a patear pero de una forma mucho más tranquila que la vez anterior, con lo que 1 semana entera dio para mucho.

Un poco de organización y unas horitas de internet previas al viaje fueron suficientes para hacerme a la idea de todo lo quería y comprimirlo en solo 7 días, que París es mucho París.








Empecé las vacaciones dando un paseo por las "cercanías" del hotel. Decidí dar una vuelta por e Museo Pompidou y con solo ver la cola que había para entrar se me quitaron las ganar de ver la exposiciones que había. Otra vez será...

Explorar las calles de alrededor y terminar tomándome un café en uno de los clásicos de París, Café De Flore. Con sus típicas mesitas redondas, sus vitrinas llenas de pasteles con  una pinta deliciosa y camareros con chaleco y pajarita, igual que hace 100 años.








Algo de ocio y esparcimiento también esta bien, que París no solo tiene museos y monumentos. Si algo tiene Francia a destacar son sus carreras de caballos, y aquí una es una aficionada...

Por fechas, horarios y cercanía el que más convenía era el hipódromo de Auteuil, así que una vez puesto Google Maps en marcha allá que me fui. 








Lo bueno de las carreras de caballo en Francia es que las hacen muy pronto, con lo que te queda toda la tarde para aprovechar y turistear un poco.








La Catedral de Notre Dame y Montmartre con sus increíbles vistas sobre la cuidad de París fueron mis siguientes visitas.












Si había algo que realmente quería hacer durante estos días era comer en auténticas Braserías francesas, nada de restaurantes de alta cocina ni estrellas michelín. Lo tenía claro, era lo que me apetecía, auténtica cocina clásica francesa.


Y clásica cocina francesa era la que me ofrecía Bofinger. Un Brasería que data del año 1864 con una excelente comida, servicio y presentaciones cuidadas. Con la decoración y el espíritu de antaño que se respiraba me hizo pasar una noche mu agradable.








¡Increíble la sopa de cebolla con queso gratinado!








El Chucrut, la especialidad de Bofinger y una deliciosa lubina a la mantequilla.



A la mañana siguiente tocaba excursión a Versalles. A unos 20 kilómetros de la cuidad tenemos unos de los Palacios más imponentes que he conocido y que sin duda había que visitar.


Los jardines infinitos y cuidados al detalle.








A nuestra vuelta nos esperaba el primer museo de nuestra ruta y con algo de prisa la verdad, ya que en Francia todo cierra relativamente pronto, y esa hora son las 6 p.m.

Así que decidí ver uno pequeñito, el recién inaugurado museo Yves Saint Laurent por el que tenía bastante curiosidad y no decepciono para nada.




 



Su despacho, su escritorio tal cual lo tenía con sus libros, telas de muestra, álbumes y hasta su cenicero.








¿Y qué es un viaje a París sin la foto de la Torre Eiffel desde Trocadero?








No has ido allí si no vuelves con esta foto.


Y sin invertir unas cuantas horas en el MUSEO por excelencia, LOUVRE.








Si algo he aprendido en mis viajes a lo largo de los años es que para ver un museo tranquila tienes que madrugar y hacer cola, de lo contrario te puedes encontrar con más de 1 hora para entrar y aburrida antes de empezar.




 



Nada más abrir fui directa a verla a ella, "La Gioconda", tan impresionante verla de tan ¿cerca?








Para justo después cogerme el txoko justo delante de la "Victoria de Samotracia" y estudiar un poco el mapa y sus salas.



Más de 3 horas después terminé la visita y me fui directa al Mercado de los Niños Rojos, que aunque no es muy grande lo disfruté viendo todo el producto y comiendo en su puesto de comida marroquí.








Cous cous con un poco de todo y lista, había que llenar la tripa que a la tarde-noche nos esperaba partido de futbol del equipo local, el París Saint Germain.








Solo deciros que me lo pase como una enana, desde mi asiento junto a los ultras y el bombo me la pase cantando y animando al equipo. Menos mal que no me gusta el fútbol...








¡Una experiencia sin duda para repetir!



El siguiente día también me lo tome como cultural, pero a capricho. Desayunar en la torre más alta de París y disfrutar de sus vistas es todo un lujo al alcance de cualquiera.








¿Merece la pena o no desayunar en Montparnasse?








El Museo de Orsay era otro a visitar. Después de esperar el rato correspondiente para entrar y algo menos de tiempo para verlo que con el Louvre disfruté de obras de arte de como estas:








Van Gogh, Sorolla, Renoir, Manet, Cézanne, Monet, Degas, Gauguin... todos estaban ahí.


El museo es una antigua estación de tren que conserva todo su encanto con un enorme reloj presidiendo la entrada.








En mi último día no podía faltar tiempo para hacer algunas compras por los Campos Eliseos y ver sus tiendas prohibitivas para muchos, pero nos faltaba unos de los platos fuertes, cenar en el Café más antiguo de París. 


Un lugar con mucha historia puesto que desde 1686 políticos, escritores y todo tipo de intelectuales de la época se juntaban para arreglar el mundo.








Yo esa noche noche arreglé el mundo a mi manera ;)


Un placer conocerlo y poner de esta forma un broche final a unas estupendas vacaciones.


à bientôt!





jueves, 19 de octubre de 2017

Takatak









Se esta poniendo muy de moda esto de los restaurantes en los hoteles, como que tienen más glamour, ¿sabéis lo que os quiero decir? Gastrotekas, barras imposibles,  restaurantes de lujo... en definitiva, apuestas más arriesgadas y diferentes con las que jugársela para atraer al mayor número de gente y conquistar nuevos horizontes.



Pues en eso estoy, como soy una salsera y además me gusta conocer todo lo nuevo que sale por la ciudad rápido me presento, sola o en compañía.



Y mira por dónde hoy os presento el último de ellos que se inauguró hace ya unos pocos meses allá por verano en los bajos del Hotel Tryp Orly en Donosti: Takatak Bar.











Un local divertido, informal con una barra que da a la cocina para ver desde primera fila lo que acontece.



Un chef de nacionalidad rusa al frente de Takatak que nos propone una carta a base de tapas, raciones y un menú degustación que van desde lo francés hasta lo japonés.



¿Os empezaís a hacer una idea?










Con una barra para tomarse un cocktail o simplemente una copa de sus tantos vinos mientras charlas un rato justo antes de sentarse a cenar.










Yo ya llevo 2 visitas a este local. 


Y vosotros, ¿a qué esperáis para conocerlo?





 Ensalada de Tomate maduro con Espárragos y Guindilla




Ensaladilla Rusa con Codorniz




Tosta de Solomillo con Eneldo




Canelón Gratinado de Pato, Hongos, Foie y Trufa 




 Risotto de Hongos




Ventresca a la Parrilla 




Fruta de la Pasión, Coco y Menta




Tronco Viejo de Chocolate




Jardín de Sri Lanka





Un acierto todo y con ganas de volver que esto promete.


¡Feliz semana!









jueves, 31 de agosto de 2017

Taula









Hace una para de semanas me aventuré en una misión espía de un nuevo local que han abierto recientemente en la calle de oro del barrio más de moda de Donosti, Gros.


¡Os invito al que conozcáis Taula!









Un local en el que han sabido aprovechar bien el espacio que tienen para dar una buena oferta de tablas con un buen producto y además regarlo con una divertida carta de cócteles o de vino.






















El concepto es genial para ir en pareja o con amig@s, sentarse en su mesa social y hacerse un pika-pika todo al centro como Dios manda en un ambiente informal y jovial.





 




Embutidos, ibéricos, quesos, salazones, encurtidos, patés... una oferta amplia a buen precio bien cerquita de la playa de la Zurriola.














Tapas, medias raciones y raciones enteras.



Unas Tablas muy fáciles, divertidas y completas pensadas para compartirlas mientras pasamos un buen rato.





Platillo, Media Ración de Salmón Ahumado, Tapa de Paté de Campagne y otra Media Ración de Anchoas San Filippo.





Media de Quesos





De repente me apetece pikar algo... ¿Os hace un Taula?








miércoles, 16 de agosto de 2017

Kostaldea (Guéthary, Francia)








Cuando estás de vacaciones y no te vas fuera (y con fuera quiero decir muy lejos con aviones de por medio) te las ingenias para disfrutar de todo lo que no disfrutas el resto del año y tienes al alcance de tu mano.

Yo que soy muy partidaria de Francia, sobre todo de la costa puedo decir que la he disfrutado y he sentido que realmente estaba teniendo unos días de descanso.

He aprovechado a comer mucho en terrazas y chiringuitos playeros al borde del mar como el que os traigo hoy en plena playa de Guéthary, Kostaldea. ¿Os suena?







Es lo más para el verano.
















Una autentica gozada si podéis conseguir mesa en el muro y ver la puesta de sol en primera fila.








No me extraña que tanta gente elija Guéthary para sus vacaciones veraniegas: de todas las edades, parejas y familias con glamour. Un pueblito ideal para escaparse del ajetreo a unos pocos kilómetros de Donosti.

Así que ya sabéis, cualquier excusa es buena para dejarse caer por allí, disfrutar de su maravillosa puesta de sol y saborear el verano.








Porque el ambiente y el buen rollo están garantizados.








Y la comida también. 

Raciones de pescado y marisco perfectas para compartir mientras te tomas un típico clarete francés y se va apagando el día.








Un tataki y unos calamares con un poco de la típica pimienta de Espelette que tanto gusta por esta zona para empezar.







Y unas navajas y mejillones 
para terminar.




El plan perfecto para un día perfecto en el lugar perfecto.

Hay veces que necesitamos muy poco para sentirnos felices. Ya me contaréis...



¡Hasta la próxima!